Entorno de la Prueba

Las islas del Miño, situadas en el interior del curso fluvial, cuentan con frondosos bosques y lagunas interiores en los que existe una importante flora y fauna acuática. El río Miño delimita en su curso superior un amplio territorio que se conoce como tierras del Miño. Declarado Reserva de la Biosfera en el 2002, este territorio refleja la perfecta integración entre el paisaje rural tradicional e importantes ecosistemas de tipo Atlántico.

Tierras del Miño ocupa una amplia franja del centro-norte de Lugo que se corresponde con la taza alta del río Miño. Los 26 municipios que integran este espacio poseen una larga tradición agropecuaria y ocupan en su conjunto un tercio de la superficie total de la provincia. Desde su nacimiento, el Miño y sus afluentes discurren por un paisaje de montañas y valles donde los pastos y las tierras dedicadas al cultivo comparten protagonismo con hábitats naturales de gran valor. Cabe destacar la importancia de los típicos bosques (bosques de tipo oceánico), que albergan especies propias de zonas húmedas como el roble, el castaño, el acebo o el abedul. El curso del Miño dibuja también insuas (islas) fluviais, espacios de gran belleza donde se desarrolla una amplia variedad de flora y fauna acuática. En estos recónditos lugares adquieren protagonismo pequeños ecosistemas lacustres que se ocultan entre la frondosa vegetación ribereña y que constituyen las zonas de máxima protección de la reserva. Además de su importancia desde el punto de vista ecológico, los abundantes cursos fluviales que drenan Tierras del Miño hacen que este territorio tenga un papel decisivo en el abastecimiento de agua de toda la provincia. Su reciente declaración como Reserva de la Biosfera permitirá un desarrollo económico y humano sostenible al tiempo que se contribuye a la conservación de los recursos naturales y de los hábitats presentes en ella.

Tierras del Miño cuenta con una gran variedad paisajística. Destaca su importante superficie de masa forestal, que da cobijo tanto la especies de hoja perenne como la otras de tipo caducifolio, como el castaño, el abedul o el roble. Las islas del Miño, situadas en el interior del curso fluvial, cuentan con frondosos bosques y lagunas interiores en los que existe una importante flora y fauna acuática.

La carretera N-VI permite acceder de forma rápida y cómoda a cualquiera de los municipios que integran el espacio Tierras del Miño. Esta Reserva de la Biosfera cuenta con dos centros de interpretación: lo de Tierras del Miño, situado en Lugo capital, y lo de Insuas del Miño, situado en el tenérmelo municipal de Rábade. Desde este último parte un sendero ribereño que permite penetrarse en las conocidas cómo Insuas del Miño, compuestas por las insuas de San Roque, Celda y Trabanca.

El Alto Miño ofrece paisajes de belleza insuperable en cualquier estación del año. La mejor forma de disfrutar de ellos: La Piragua.

La fuerza de las aguas fue aprovechada desde la antigüedad por los habitantes de estas tierras. Hay innumerables caneiros para encorar y conducir el agua. Incluso las aceas, donde movía las piedras de los muiños o los mazos para estirar el hierro.

El área recreativa de Santa Isabel, en el ayuntamiento de Outeiro de Rei, es frecuentada, sobre todo en verano, por mucha gente que busca el cobijo de su hermosa carballeira y el baño en la playa fluvial. En este punto confluyen dos ríos: El padre Miño y el río Ladra.

Las tierras donde nace el Miño, en la Terra Chá Lucense, ofrecen al viajante estampas bucólicas. Bosques, capillas, cruceiros, chaira. El Camino Inglés a Compostela atraviesa estos hermosos parajes.